viernes, 10 de marzo de 2017

Pies secos/Pies mojados

Tomado del sitio "Cubanos por el mundo"

El barullo por la última concesión de Barack Obama al gobierno de Cuba
antes de entregar la presidencia, todavía repercute en Miami. La
población se manifiesta y la televisión y la radio continúan hablando
de la medida: unos a favor, otros en contra, sin que nadie ose agredir
al oponente por su criterio. Hay muchas expectativas y esperanzas en
el presidente electo: el exilio cubano es mayoritariamente trumpista,
aunque también de Trump se dicen horrores. Hasta se habla mal de lo
más hermoso que Trump posee: su esposa Melania…
En Cuba no. En Cuba "el silencio de los corderos" se mantiene intacto.
La prensa oficialista es la palabra sagrada que representa el sentir
de los once millones de cubanos –si es que acaso todavía quedamos once
millones–, tanto de los familiares de los que aún permanecen
enmarañados por Latinoamérica en el limbo de la incertidumbre, como de
aquellos que recibieron la mala nueva ya con las mochilas hechas para
el viaje. Ilusorio es el margen que dejan Cristina Escobar en el
noticiero de televisión y Josefina Vidal como portavoz de la
cancillería al razonamiento privado: ellas piensan, aprueban y
desaprueban por toda la ciudadanía cubana.
Obama sorprendió al Gobierno de la Isla al conceder una petición
oficial que, lejos de aguardarla con vehemencia, era una solicitud
política tan poco deseada como la derogación del embargo que, ambas
unidas, justifican "las malas intenciones del imperialismo".
La congelación del decreto pies secos-pies mojados beneficia en parte
al Gobierno de Cuba por impedir que personas capacitadas en el país,
cuya educación haya sido absolutamente gratuita, emigre a los Estados
Unidos y rinda los frutos de su profesionalidad en tierra extraña.
Cada ciudadano que abandona su tierra natal es gota de plasma que se
pierde en el cuerpo de la nación que se desangra. Pero en vez de
llevarse a un análisis objetivo en las altas esferas del poder el por
qué los cubanos priorizan emigrar a toda costa, en vez de buscar
soluciones internas a las aspiraciones inherentes de esos nacionales
que emigran, la dirección del país se considera con todo el derecho
legítimo del padre autoritario que pretende mantener bajo su tutela,
explotación y miseria al hijo por el simple hecho de haberlo creado.
Por otra parte, el cierre hermético a la estampida, cuando a solo
noventa millas del Estrecho existe un mundo súper desarrollado con un
sinnúmero de vertientes a escoger por cada individuo, pudiera levantar
una marea impopular de incalculables consecuencias. Cierto es que los
cubanos continuarán emigrando a otros países, inclusive al más
empobrecido del área –o hasta Samoyedo en la Siberia, como me confesó
una amiga hace algunos días con clara determinación– pero en menor
cuantía. Aunque en Haití el salario mínimo es superior al de Cuba,
allá se carece de muchos beneficios paternalistas en muchas áreas
sociales.
También ha de tenerse en cuenta que la Ley de Ajuste continúa allí.
Este decreto del expresidente norteamericano solo entrecierra la
puerta que en cualquier momento pudiera abrirse otra vez, pero que hoy
por hoy, bajo la crisis económica que soporta Cuba y el proyecto de
estampida de profesionales jóvenes y pueblo en general como único
camino para conseguir un futuro promisorio, este hermético cierre de
válvula, deberá traer un mayor compromiso del Estado con la población.
Fue una oportunidad perdida por el gobierno cubano no "mover fichas"
cuando el demócrata accedió, unilateralmente, a ofrecer aperturas;
ahora el "negro" se fue de la Casa Blanca y ha tomado su lugar un
anciano nacionalista, intransigente y poco amigo de las medias tintas.
Aunque todavía las discusiones callejeras se asientan en temas como el
béisbol, el fútbol, el halago al picadillo de soja que llegó a la
bodega y el adelantado calor del verano, la inconformidad se esconde
tras bambalinas y puede abrirse camino. A pesar de que la población
carece de información extraoficial y prefiere soportar el aguacero
"luchando" el dinerito para comer, a riesgo de que un día tenga que
enfrentar los tribunales, la oposición continuará in crescendo a pesar
de que más del noventa por ciento de los cubanos ni se entera de los
movimientos que ya se revuelven en la Isla, como es el caso del grupo
de mujeres vestidas de blanco que salen a misa los domingos con una
flor en la mano y son detenidas y mancilladas mientras se proclama por
los medios el respeto absoluto a la dignidad femenina.

Pedro Armando Junco

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